¿Los niños sufren de síndrome post-vacacional?

 




 

Mucho hablamos del síndrome post-vacacional de la vuelta al trabajo, pero y los niños…les pasa lo mismo con la vuelta al cole, sufren nuestros hijos síndrome post-vacacional…

Decidí preguntar a Beatriz Blanca, psicóloga infantil dedicada al asesoramiento individual a padres y madres, y a la orientación para el manejo del comportamiento en el aula y la formación conductual de familias y profesionales que participan en la educación de niños de 0 a 12 años y quien gestiona Hazteconellos.com.

¿Los niños sufren de síndrome post-vacacional?

Para tranquilidad de padres, madres y profesores podemos garantizar que los niños no sufren de síndrome post-vacacional, sino que van a experimentar el fin de las vacaciones de la forma más adaptativa posible, siempre que los adultos planifiquemos los cambios y mostremos una actitud de aceptación ante el nuevo curso.

¿A qué te refieres con una actitud de aceptación ante el nuevo curso?

Me refiero a la necesidad de plantearnos la vida escolar en todos sus aspectos (profesores, horarios, deberes, compañeros de clase, actividades extra-escolares,…) como una experiencia que nos proporcionará momentos de satisfacción y disfrute, y momentos de frustración o enfado. Esperar un proceso de aprendizaje lineal, o un curso sin incidentes o decisiones difíciles que tomar no sería realista.

Para hacerles llegar esa actitud a los más pequeños debemos empezar por reservarnos algunas opiniones que hacen que los niños vean ir al colegio como un sacrificio que se nos impone, como un interés del colegio por fastidiarnos y hacer que cumplamos “con mil y una obligaciones”. Así, expresiones como “¿Crees que a mi no me gustaría dormir más rato?”, “¿Tu profesora cree que sólo queremos hacer deberes en casa?” o “¡Qué insistentes son en el colegio con la puntualidad!” les indican que al madrugar, cumplir horarios y hacer los deberes estamos perdiendo privilegios más interesantes como son dormir hasta tarde, no tener responsabilidades y elegir lo que queremos hacer durante el día.

¿Qué cambios de comportamiento podemos esperar al inicio del curso escolar?

Lo más probable es que si demandamos que lleven a cabo hábitos que no han sido entrenados, como levantarnos “a la primera”, terminar el desayuno “a tiempo”, estar vestidos y preparados “a la hora de salir”, no tengamos éxito, y mañana tras mañana acumulemos fracasos relacionados con ir al colegio. El problema es que, en muchas ocasiones, nuestras expectativas están más relacionadas con la edad del niño que con nuestra implicación a la hora de establecer comportamientos autónomos. De ahí vienen expresiones como “Ya deberías preparar tu mochila/ vestirte solo”, o “Si te hubieras levantado a la primera no habríamos llegado tarde”.

¿Qué no debemos perder de vista a lo largo del curso?

Ante las obligaciones y demandas que se establecen durante el curso, los niños pueden mostrar signos de inseguridad a la hora de superar pequeños retos, reflejados en dolor de cabeza, dolor de barriga, quejas continuadas sobre ir al colegio,… Aquí la comunicación nos ayudará a conocer qué les preocupa, y en qué áreas presentan menos habilidades y debemos proporcionar ayuda (académica, social, límites, obediencia,…).

Por parte de los adultos, el curso escolar debería entenderse, además de una vía para adquirir conocimientos, como una gran oportunidad de adquirir habilidades valoradas socialmente como son iniciar y conservar la amistad con otros niños, experimentar interés por ramas concretas del conocimiento, volver a intentar algo en lo que hemos fracasado, o formarse una opinión consistente de ellos mismos como estudiantes, amigos, hijos, deportistas,…

¿Qué consejos nos podrías dar para una adaptación óptima?

Descanso: si aún no habéis establecido las horas de sueño necesarias para el curso, estáis a tiempo de ajustar los horarios. Para adelantar la hora de ir a dormir vamos a fijarnos como objetivo 5 minutos: cada día iremos a dormir 5 minutos antes, hasta recuperar la diferencia de tiempo que supone madrugar.

Repaso: se recomienda repasar los contenidos académicos del año pasado que sean útiles para el nuevo curso. También debemos revisar con ellos las habilidades necesarias para relacionarse con los compañeros, y las normas básicas de comportamiento en clase.

Disfrute: los meses de colegio no deben ser opuestos a los meses de vacaciones en cuanto al tiempo de ocio compartido. Si las ocasiones son menos, debemos planificar las actividades agradables con antelación, para asegurarnos de que tienen lugar a diario.

Y tus hijos, cómo llevan la vuelta al cole? ¿Crees que los niños sufren de síndrome post-vacacional? ¿Compartes algún consejo para adaptarnos mejor a la rutina?

 

 




 

Daniela

About Daniela

Desde hace varios años trabajo online para poder conciliar mi vida familiar y laboral. Además de ser la autora de Papás e hijos, para muchos soy más conocida como la mamá de... y feliz de serlo!

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