En el Programa de Redes, Eduard Punset habló sobre un tema muy interesante la relación que existe entre las emociones de la embarazada y el bebé en su útero.
Punset entrevistó a Vivette Glover, experta en psicobiología perinatal del Imperial College London, que actualmente está investigando las emociones de los bebés antes de nacer.
Una mujer embarazada que sienta estrés o ansiedad puede transmitir estas emociones a su bebé y afectarlo de forma negativa en el útero y en su vida futura. Algunos de los riesgos a futuro, es que el niñ@ manifieste problemas de atención, déficit de atención o trastornos como la hiperactividad. Se podrían duplicar los riesgos de que el niñ@ sea más ansios@ y presente problemas conductuales.
La ansiedad de la embarazada hace que se reduzca el flujo sanguíneo en las conexiones uterinas y además los altos niveles de cortisol en el líquido amniótico, hacen que el bebé a futuro pueda tener un coeficiente intelectual más bajo.
La placenta suele ser una barrera eficaz para el bebé frente al cortisol que procede de la madre, pero si la embarazada está más ansiosa, hay más cortisol que atraviesa la placenta y que afecta el desarrollo cerebral del feto.
Las embarazadas deben tratar de estar feliz y relajadas, por esto los papás tienen un papel fundamental en desarrollo de su bebé y es ser un apoyo las mamás.
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